jueves, 4 de junio de 2009

Grandilocuencia

El Panóptico es la carcél perfecta. Fue diseñado por el filósofo Jeremy Bentham (cojones Locke!!) con el fin de provocar en el preso un aislamiento perfecto y además que fuesen requeridos menos vigilantes. El Panóptico tiene una forma cilindrica y en medio del edificio se erige una torre de vigilancia, no existen patios comunes, cada celda es individual y está perfectamente separada del resto. Además, la luz depende de unas persianas que se ajustan para provocar la perfecta visión del vigilante y una constante ceguera en el preso. Así desde un solo punto y manejando estas persianas el vigilante puede ver a todos los presos sin que ellos le vean a él, esto provocará una sensación en el preso de que está siendo constantemente vigilado qué terminará por interiorizar, empezando entonces a vigilarse a sí mismo.

No hace mucho tiempo tuve la idea de escribir un libro, tenía bastante desarrollado el argumento y algunos personajes. Por primera vez avanzaba con una idea, gracias a haber empezado por el final y a escribir partes sueltas de la historia. Sin embargo, mas temprano que tarde, terminé por abandonarla por falta de ganas. Tenía pensado hasta su nombre "Panóptico Vetusta" y estaba dedicado a Oviedo y su ambiente universitario. Un ambiente de vidas muy vivas pero atrapadas en perfectas cárceles de vicios varios. Quizá era también mi sensación personal, la de que aquella ciudad y aquella región iba a ser mi prisión perpetua y nunca podría salir a lo amplio del mundo. Entenderlo, llegado un punto todo el mundo estaba aquí o allá y sin embargo yo seguía en el mismo sitio. Es gracioso, ahora lo añoro todo enormente y con una gran ternura. El único problema que me creaba esa idea de cautividad, era tener precisamente esa idea. La gente de Oviedo, de Gijón es tan mía, que si necesito estar en otros sitios es para resaltar el contraste con lo que verdaderamente me es cercano, para comprobar la gran añoranza que produce el sitio al que perteneces. He aprendido algo, la cárcel perfecta nunca se encuentra en edificios crueles diseñados con malévolas intenciones, sino que como Jeremy Bentham quería en última instancia, es la que se interioriza de tal manera que te vigilas a tí mismo.