Es curioso como nos alejamos de lo que esperabamos y aceptamos nuevas realidades que nada tenían que ver con nuestras previsiones. Cuando alguien se enamora, si se enamora de verdad me refiero, tiene en cuenta las cosas que le gustaría ofrecer a su pareja, las ideas y formas de pensar que gustaría darle a conocer y el proyecto de vida que le gustaría compartir. Sin embargo, lo que no tenemos en cuenta es lo que la otra persona trae en su maleta para abrirla cuando la relación prospere. En un camino largo, es imposible que tu acompañante no sea tambien protagonista en todo, no se puede diseñar una relación, solo se puede escoger a la persona que te parece adecuada y proponerle un camino junto a ella. Lo demás, son cosas que dependerán ya de los dos.
Lo que tambien creo, que esto sucede, porque una vez que uno está con otra persona, la relación tiene una vida, unas reglas, cosas que ofrecer, ideas y formas de actuar propias, que no tienen explicación fuera de la relación. Me acuerdo que cuando empecé con Ana, pensaba en cosas de mí que quería que conociese, mis ideas, mis amigos, mi cine, mi música. A día de ayer, me dí cuenta de que me gustaba Nina Simone, pero aparte, me gustaba de verdad. Y no tiene nada que ver con algo propiamente mío, con la cultura que me ha interesado siempre. También me dí cuenta el fin de semana pasado, viendo "The reader", de que tengo una especial sensibilidad ante un personaje femenino de una película. Esa sensibilidad que siempre había tenido solo para personajes cercanos a mí. A lo que me refiero (y no joder, no estoy amariconao) es a que, he descubierto que, además de la identificación con personajes, existe la comprensión de personajes. Y esto ha sido, porque antes de estar con Ana, probablemente solo entendía mis sentimientos, y me interesaban aquellas cosas en las que veía cierto parecido, ahora eso se completa.
Quizá en lo que más pienso ahora ya no sea en las cosas que yo tengo para compartir con Ana, sino en las cosas que hemos creado en nuestra relación, sin mirar si nacieron de ella o de mí, en seguir compartiéndolas y en esperar que las sigan muchas más. Cada vez me alejo más de la "ingeniera de relacion", como antes me pasó con la "ingenieria social" o incluso con la propia planificación estricta de la vida propia. Lo que he entendido, es que lo importante es la base, la educación y las experiencias en las que se ha criado una persona, los principios en los que se basa una sociedad y la dignidad de los que cuidan de actualizarlos, y el amor, la comprensión y el respeto en los que se sustenta una relación. Si esas bases son firmes, el resto no depende de uno, dependerá de lo que Dios y la vida hayan querido para nosotros. Y contra eso, no se debe luchar.