jueves, 2 de abril de 2009

Rara vez

Si no fuese porque tengo muchos años y una rata que alimentar en casa, diría que mis tiempos de genio ya han pasado. La gran calidad de la vida, acurrucada entre la verde lechuga de una opulenta hamburguesa, se ha alejado poco a poco, ahora me encuentro solo en mitad de este valle de rubias y morenas, sin poder decidirme entre que gato matar esta noche con mi escopeta.

Justo en este momento, necesito orientación, la busco en un mapa de tres calles, en el que al menos reconozca un hogar donde ser yo mismo con alguien más a mí lado. Disculpad la traducción, la estoy haciendo literalmente del texto original, fué escrito en ese sitio de mi memoria en el que el tiempo no se adelanta un hora sino que se congela. Allí veo todos los momentos de mi vida como fotografías, las de mi futuro cada vez un poquito más oscuras, las de mi pasado cada vez más brillantes. Sin embargo, lo importante de este texto no es entenderlo, ni siquiera valorarlo, es cogerlo y darse un paseo con él por las calles oscuras, en las que árboles preciosos protegen hogares con lujo y por los puentes que no sirven para unir sitios conocidos, sino para llevarte a momentos en los que nunca antes has estado.

Compraría un buen rastro de esos momentos, los tomaría a palo seco, o con mi buen capitán subidos en su barco, desde el que amenazariamos a los indios con las palabras que no alcanzen a comprender. El genio me ha dejado, no queda rastro de su vino, de su pan o de su agua. Solo un calvo italiano, esculturales cuerpos rellenos de vacío y un montón de comida que ya no me sabe a nada. He aprendido algo, las cosas pueden ser tan bonitas como una aceituna rellena de queso feta, pero si no hay negro al que le laven la cara, ni nadie que se ría de él en ese momento, toda su belleza desaparece.

1 comentario:

Miguel Blanc dijo...

Ratón hoster !!!
Vaya triunfo de epoca!!
Entre Londres, y los ratos de semana santa se pue decir, que lo unico que no merece la pena, no es lo que uno no se imagina, sino todo lo contrario.
Y que os considero un coñazo de cojones y unos amigos de pelotas